«Nació un Dios. Un verdadero Dios: inmortal, omnipresente, eterno y todo eso. El nuevo Dios estaba perfectamente capacitado para extraer la enorme sabiduría acumulada por el universo entero durante eones para crear un nuevo mundo y, como los demás dioses, apañárselas para que la variopinta (y siempre sagaz) competencia no le robara a los feligreses. Y así lo hizo... O casi, porque cuando apenas había creado una estrella, el esbozo de lo que debería convertirse en un planeta que orbitara alrededor de la mencionada estrella y un pequeños satélite para el tema de las mareas y demás, le ofrecieron un trabajo mejor pagado y se largó rápidamente a la capital capitalina del universo universal para pasar el resto de sus días diseñando páginas web para una agencia de viajes temporales.»

«Así son las cosas. Un mundo entero, rebosante de potencial y posibilidades, se quedó a medias, inacabado como tantas otras obras prometedoras.»

«Y no parecía haber nadie por ahí que pudiera encargarse de él.»

«Pero... ¿Hemos dicho "nadie"? Bueno, esto... "alguien", lo que se dice "alguien", sí había. Que pudiera realmente encargarse del planeta para convertirlo en mundo vivo y evolucionante ya es otra historia: se trataba apenas de un mero esbozo de lo que podría llegar a ser un dios menor. Destinado, solamente, a ocupar un modesto papel secundón en el coro del divino bodevil de la galaxia. Sólo una criatura pequeña, peluda, de padres obreros y... prehistórica...»

«...Para apechugar con el destino de un mundo, que se debatía en los oscuros albores de una cultura y una civilización harto improbables.»

«Así apareció el planeta al que a partir de ahora llamaremos Mundo y aquí empezaron sus problemas, que pueden ser los tuyos.»
Texto de "Hace varias toneladas de tiempo..."

"Pitecanthropuz, el juego de rol cooperativo de cachondeo cavernícola", es un juego de rol ambientado en la prehistoria y en el que los personajes interpretan a homínidos y en el que no se enteran muy bien de cómo relacionarse con los diferentes ambientes (hay 13, con nombres como "el río fluvial", "el macizo de montemontaña" o " el escarcharco"), con los "bichos" y entre ellos.